2/03/2011

Málaga y limpieza: evaluación de los servicios públicos

En el ámbito local europeo, la evaluación de la actuación pública sigue dos tendencias en función de las dinámicas dominantes de servicio público. En el Reino Unido e Irlanda y en los países escandinavos (Dinamarca, Suecia, Noruega, y Finlandia), la evaluación de la actuación local se centra en los resultados de los servicios municipales (eficiencia y eficacia) y en la capacidad de la organización para lograr los objetivos propuestos. En cambio, en los países de una tradición continental prusiana (Alemania, Austria) o napoleónica (Francia, Italia, Grecia, Portugal y España), la evaluación de la actuación pública valora principalmente los recursos empleados y el ajuste a la legalidad, sin prestar excesiva atención a los productos de los servicios municipales, salvo excepciones. En los dos grupos de países domina una perspectiva muy restringida de la evaluación, pues todavía no se presta de forma generalizada la atención debida a la calidad de vida y a la calidad de las interacciones de los múltiples agentes institucionales, privados y sociales que participan en una economía mixta de provisión de servicios.
Poco a poco surgen evaluaciones de municipios aislados, en los que se incorpora también la calidad de vida como índice. Los directivos públicos han empezado a comprender (véase Bennet [et al], 2001 para Canadá) que ni los políticos, ni los medios de comunicación ni los propios ciudadanos están interesados en informes con numerosos indicadores de poca relevancia. En general, los residentes no están interesados en conocer el número de toneladas de basura que se recogen por semana en una ciudad, sino que están más preocupados por la limpieza del barrio, que la basura sea recogida con asiduidad, que las calles, las plazas y los locales de la zona estén limpios. El número de toneladas de basura recogida, de interés como parámetro de gestión para los directivos públicos, no refleja la limpieza de las calles. La mera actividad de los servicios de limpieza no garantiza que las calles estén limpias porque esto depende de la actividad de los restaurantes, de sus terrazas al aire libre, de cómo se comportan los ciudadanos con respecto a las papeleras instaladas en la calle, etc. 
La limpieza de las calles, en suma, se consigue a partir de la actuación de numerosos grupos (ciudadanos limpios), no sólo de los servicios (eficientes) de limpieza.

Foto: marcos_canzian Objetivo Málaga.com

2 comentarios:

eleuterio gomez carmona dijo...

En definitiva, sin rodeos, que no es más limpio quien más limpia, sino quien menos ensucia. No hace falta una tesis doctoral para explicar lo que nos decían nuestras madres y abuelas.

Manuel Iriarte dijo...

Estimado Padre Eleuterio, lo que se trata es de mostrar los criterios de evaluación de los servicios públicos, lamento que Vuestra Reverencia no lo haya entendido. Le hablo así porque he visto en su perfil de Facebook que es usted sacerdote