1/30/2012

Museos americanos


Los museos norteamericanos se diferencian de los europeos por distintos elementos:
a).-su estructura jurídica
b).-por su forma de organización
c).-por sus sistemas de financiación
d).-por el grado de inserción social
e).-por la propia concepción ontológica del museo.

Estructura jurídica.

La estructura jurídica se basa en la ambigüedad, puesto que el museo está considerado como una institución pública abierta al público y al servicio del mismo, pero al mismo tiempo se trata de un organismo privado que goza de estatutos propios y que se autorregula.
Forma de organización.

El museo está dirigido por los denominados Administradores “Trustees”, que componen el Consejo de Administración o Board of Trustees, que son los verdaderos propietarios de la Institución. Se trata, habitualmente, de las principales personalidades políticas, culturales o sociales locales, así como destacados empresarios que son los encargados de definir las grandes orientaciones del Museo, el nombramiento del Director y de los restantes profesionales que han de trabajar en el Museo. En definitiva son los depositarios de la confianza del público para administrar el Museo.
Sistemas de financiación.
Los Museos americanos  pueden vender sus propias obras según el procedimiento denominado “Deaccesioning”, siendo este hecho contrario al principio europeo de inalienabilidad de las colecciones. También se observan algunas actuaciones de dudosa ortodoxia puesto que los conservadores de museos suelen ser consejeros de coleccionistas privados, sin que se planteen ningún tipo de problema desde la deontología profesional.
El director suele proceder del campo del arte, de la historia o de la ciencia, de acuerdo con el contenido del museo. En el caso de los grandes museos comparte su labor con un presidente asalariado, aunque lo más frecuente es que este asistido por un gestor responsable administrativo y financiero o por directores adjuntos que se encargan de la administración, el marketing, las finanzas y los programas.

Comencemos con las fuentes externas de financiación que pueden ser privadas o públicas.
Entre las primeras destacan, en primer lugar, aquellas provenientes de particulares que representan un 90% de los ingresos obtenidos por esta fuente privada. Esta participación directa de personas privadas se hace a través de donaciones y legados, es un rasgo distintivo de los Museos americanos, muestra de la apertura del museo hacia la sociedad y a la propia comunidad, al tiempo que le ofrece multiplicidad de servicios.
Una de las causas de estas donaciones es la concentración de grandes patrimonios y fortunas en determinadas familias como los Mellon, Guggenheim, Rockefeller o Getty, entre otros, cuyas diversas motivaciones de tipo altruista, de satisfacción personal, presión social o deducción fiscal, les han llevado directamente a participar en la creación de museos.
Las Fundaciones constituyen la segunda fuente privada de financiación, con una participación del 5,7%. Ahora bien, ofrecen a los museos una financiación a muy largo plazo y apoyan proyectos concretos, como por ejemplo la Getty Trust que desarrolla, en el campo de los museos, diversos programas de educación artística, restauración y formación.
La tercera vía privada de financiación se realiza a través de las empresas, siendo su actuación más frecuente la de “sponsorship”, en las exposiciones temporales que tienen lugar frecuentemente en los museos americanos, o en otras actividades puntuales.
La última de las fuentes externas la representan las aportaciones del sector público. Éste participa con el 15% del presupuesto de las instituciones culturales americanas y se materializa a través de las Agencias Federales, que se basan en la colaboración entre el Estado Federal y el sector privado a través de los Estados Federales y los Municipios. Entre estos últimos destaca la ciudad de Nueva York, cuya administración potencia este tipo de instituciones y actividades culturales.
Las fuentes internas de financiación se basan en las dotaciones de capital “Endowments”, en los derechos de entrada y en las actividades comerciales.
Los “Endowments” consisten en una dotación de capital financiero que es empleado en el mercado de valores como si se tratara de una empresa privada comercial. El examen de evaluación de estas dotaciones de capital en los presupuestos de los museos y el análisis de las políticas de utilización seguido por sus responsables financieros hace que se tome conciencia de la importancia de la función financiera en los museos americanos que constituye una particularidad especialmente interesante para un futuro estudio del fenómeno.
Las rentas de estas dotaciones de capital representan entre el 10 y el 20 por ciento del conjunto de ingresos de los museos, según opinión de la Asociación Americana de Museos. Se requiere la presencia de managers profesionales que gestionen estos activos financieros.
En cuanto a los derechos de entrada podemos afirmar que, aunque en su origen los museos americanos estaban abiertos libremente al público siguiendo los preceptos de los filántropos del siglo XIX, en la actualidad son raros los museos que no cobran derechos de entrada.
Sobre la gratuidad de los museos existen dos opciones: la utilitarista y la humanista. La primera sostiene que, puesto que el museo aporta un servicio al visitante, éste debe pagar el precio de su consumición personal. La segunda, por su parte, estima que los museos constituyen un servicio público que no debe pagarse obligatoriamente, aunque si se podría realizar una contribución voluntaria.
Y aquí podemos introducir una pregunta ¿dado que las contribuciones voluntarias son donaciones y son deducibles de impuestos, y a su vez el museo, tampoco está obligado a incluirlas entre sus fuentes de financiación que están sujetas a repercusiones fiscales?. Tales donaciones no vendrán a ser una especie de entrada encubierta. No obstante, existen algunas excepciones en las que no se establece ningún tipo de precio o donación como la del Museo Getty o la Smithsonian Institution.
En cuanto a las actividades comerciales hemos de señalar que responden, por una parte a las demandas del público y, por otra, a una necesidad económica que adquiere una importancia mayor en la financiación de los museos americanos que en los europeos. Dentro de estas actividades comerciales hay que mencionar las boutiques o tiendas cuya función es la de prolongar la experiencia de la visita.
Podemos afirmar que el sistema de financiación americano se caracteriza por la multiplicidad de fuentes a las que recurre, constituyendo un proceso dinámico. Mientras algunas fuentes llegan a la madurez o se inicia su agotamiento, se hace necesario buscar nuevas vías con la consiguiente pérdida de tiempo y energía para los responsables del museo, llegando en ocasiones a desviar su actividad de las verdaderas funciones del puesto.
Grado de inserción.
Los actos culturales, cursos, hora del museo, a lo largo de la cual se lleva a cabo una labor educativa en coordinación con las escuelas. Aprovechando los días libres, se estructuran los escolares en grupos, y ya en el museo comienzan los “Museum games”.
En cuanto a sus servicios, no existe prácticamente un museo norteamericano que no posea biblioteca, auditorio musical o un pequeño teatro.

Conclusiones.

Así pues, el modelo americano de museo puede concretarse en las características siguientes.
1.       Desarrolla una financiación imaginativa.
2.       Gran atención a los visitantes.
3.       Participación de voluntarios.
4.       Atención especial a los servicios educativos.
5.       Desarrollo de programas comerciales.
6.       Gran importancia de los sistemas de comunicación y marketing.
Este sistema responde al estado particular de las estructuras culturales, políticas y económicas de la sociedad americana.

























1/25/2012

Definición, creación y funciones de los museos.


El concepto de Museo al que se ajustan las normas autonómicas procede de la definición estatal formulada en el artículo 59.3 de la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español: “ Son Museos las instituciones de carácter permanente que adquieren, conservan, investigan, comunican y exhiben para fines de estudio, educación y contemplación conjuntos y colecciones de valor histórico, artístico, científico, técnico o de cualquier otra naturaleza cultural” que, a su vez, se inspira en la conceptualización que del mismo hace el International Council Of Museums ICOM.
Pueden añadirse algunos matices como la necesidad de estar abierto al público. Pero las definiciones suelen extenderse más en los fines, incluyéndose el sentido de promoción científico y cultural; están considerados como centros de depósito de bienes culturales, aunque se insiste en su función social y promotora del arte. Su fin último es el de salvaguardar el patrimonio de la comunidad, y ser un instrumento de reflexión al servicio de la población propiciando su participación, enriquecimiento y progreso (Ley de Aragón).
Hay que tener en cuenta que los términos de la Ley afectan únicamente a aquellos museos que son de competencia de la Comunidad Autónoma, es decir, aquellos que se encuentran en su territorio y no son de competencia estatal. En muchos casos, los museos dependientes de la Comunidad ejercen un papel coordinador en sus respectivos ámbitos.
Las funciones características son básicamente las enumeradas en la definición. Se hace hincapié en el valor científico, conservador y difusor de estos centros. Alguno de ellos, al no reunir las funciones básicas de todo museo, reciben una consideración especial, como la de colección museográfica (Andalucía, Castilla y León o Valencia) que únicamente expone sus fondos de forma permanente, coherente y ordenada.  Andalucia define la colección museográfica en la Ley 8/2007, de 5 de octubre, de Museos y Colecciones Museográficas en su art. 3.3: "Son colecciones museográficas aquellos conjuntos de bienes culturales o naturales que, sin reunir todos los requisitos propios de los museos, se encuentran expuestos de manera permanente al público garantizando las condiciones de conservación y seguridad, y sean creados con arreglo a esta Ley".
Murcia distingue también las salas de exposición, que albergan de forma estable un conjunto reducido de bienes muebles para fines de estudio, educación y contemplación.
La mayoría de las Comunidades Autónomas coinciden en clasificar los museos de acuerdo con su titularidad, distinguiendo entre Museos públicos y privados, y dentro de aquellos los pertenecientes al Gobierno de la Comunidad respecto de los adscritos a otras administraciones. En función de las ayudas recibidas, unos y otros estarán, más o menos ligados a las redes autonómicas de Museos.
Ciertas comunidades, como Aragón y Cataluña, han optado por establecer una clasificación de Museos de acuerdo con su contenido o importancia; la primera diferenciando entre los museos generales, que dan una visión global de Aragón, de una parte del territorio o una concreta localidad, y los museos monográficos, que muestran una temática singular. En Cataluña, los museos se clasifican en : museos nacionales –con un apoyo de la Generalitat del 50%, como ocurre con los de arqueología, arte y ciencia y técnica -; museos de interés nacional, con una significación especial debida al valor de sus colecciones; museos comarcales y locales; museos monográficos y otros museos. Asturias también contempla la posibilidad de diferenciarlos según el ámbito local, comarcal o regional.
La creación de museos ha de seguir unos cauces legales ante la Consejería Autonómica a la que correspondan las competencias, por medio de un expediente que desemboca en el reconocimiento oficial por medio de un Decreto.
Podrán crear Museos todos los organismos públicos, personas físicas o jurídicas interesadas en ello, siempre y cuando puedan garantizar el mantenimiento de su colección. El departamento de museos mantendrá un registro actualizado de los museos, fondos y dotación de servicios de los museos de la comunidad. Su inscripción es condición indispensable para la percepción de subvenciones.

1/16/2012

Voluntariado y participación: dos ejes para la convivencia (una visión desde la cultura)


RESUMEN
Hay términos que pueden encubrir una transformación continua con ritmo variable, llegando a convertirse en signos. Evidentemente el término cultura se ajusta a tal situación. Del mismo modo, durante su itinerario a través del tiempo va asumiendo significados provisionales y generalmente siempre está a punto de cambiar hacia algo nuevo.
Ilustración y Modernidad. El concepto jerárquico de cultura.
Se trasluce la imperiosa necesidad de realizar un esfuerzo educador, civilizador. Si dejamos las cosas seguir, absteniéndonos de intervenir, el mundo se convertirá en un lugar insoportable, debemos pues intervenir, utilizando nuestra razón y generando unos procedimientos adecuados que permitan el aprendizaje de todos y un progreso generalizado que convierta el mundo en algo maravilloso. Formación, o el saber que la sustenta, encuentra en la cultura el elemento diferenciador que conceptúa como buenos o malos los enunciados o las actuaciones.
Postmodernidad La cultura en plural o las culturas
La justificación a través de los grandes relatos se abandona. Pero la postmodernidad ha mantenido la idea de que la cultura es un proceso creador de orden y que las normas que desarrolla deben ser coherentes y no contradictorias, por tanto seguimos considerando a la cultura un sistema. Será por tanto la legitimación por la performatividad, la que oriente los discursos, pero este criterio es tecnológico y ajeno por tanto a lo verdadero o a lo justo.
Multiculturalidad, multiculturalismo, interculturalidad
¿Cuál es la realidad del mundo en que vivimos, y…..la de la escuela? Múltiples subculturas (entendidas como formas de vida, según la concepción de Linton o de Habermas) y no ya como objeto de consumo se convierten en ámbito de desarrollo personal y colectivo. Las acciones ciudadanas se desarrollan en diversos grupos o asociaciones, superando el concepto que Bendix tiene de la participación, entendida más como posibilidad y no como acción: “…aunque la condición de ciudadano permite una participación más activa, sólo en contados casos requiere una acción efectiva.”
Las políticas que se desarrollan “Democracia Cultural” potencian la creatividad, improvisación y negociación que caracterizan el postmodernismo y se enfrentan a la racionalización, adaptación y gestión que configuraron la modernidad. Pero, ¿es esto real? O quizás estamos viviendo una profunda contradicción.
Preguntas
1.- ¿Cuándo hablamos de cultura, multiculturalidad, multiculturalismo, interculturalidad…estamos todos hablando de lo mismo?
2.- ¿La interculturalidad que desarrollamos en la escuela se asienta sobre las líneas que desarrolla el Anexo I de Competencias Básicas (competencia social y ciudadana) del RRDD 1513/2006, de 7 de diciembre Enseñanzas Mínimas de Educación Primaria y RRDD 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de Educación Secundaria?
3.- ¿Necesita la Escuela la interactuación con los grupos que desarrollan programas de voluntariado y participación?, y si es así ¿Cómo podemos incorporarlos para que trasmitan sus valores?