8/01/2012

Semiosis


Al introducir este modelo en nuestro teórico asumimos que todo conocimiento es representativo. Resulta complicado el intento de acercamiento por su elevada complejidad y sus ramificaciones así como por sus tecnicismos.
Conocer una realidad significa un proceso de elaboración de una representación de la misma, de modo que lo que hemos aprehendido en nuestro conocimiento no es la realidad en sí misma, sino la representación que hemos construido, una aproximación más o menos compleja, fundada y útil.
La forma común de elaboración de las representaciones utiliza signos y símbolos, convirtiéndose el lenguaje, cualquier tipo, en el recurso más habitual de nuestra actividad cognitiva. Su análisis y el de los procesos de comunicación lingüística tienen como elemento común una idea (Wittgenstein; 1974): el lenguaje es un mediador simbólico, el fundamental, entre el conocimiento y la realidad, por lo que los defectos y límites del lenguaje lo son también de nuestro conocimiento.
La situación central del lenguaje ha condicionado, en alguna medida, la investigación dirigiéndola hacia los procesos de semiosis, de transmisión, codificación y decodificación de la información. Grandi (1995, Texto y contexto en los medios de comunicación. Análisis de la información, publicidad, entretenimiento y consumo, Bosch, Barcelona) comienza a relacionar el proceso representativo y su comunicación con sus acompañamientos culturales y sociales. En palabras de Castro Nogueira et alii (2005; Pág. 480):
“De este modo, la teoría de la información dejó atrás el modelo informacional-cuantitativo para incorporar al esquema E-M-R los complejos procesos de codificación  y descodificación asociados a las posiciones sociales de los sujetos, a sus orientaciones pragmáticas y a las distintas variables que inciden en los procesos de interacción, tanto en su dimensión reproductora de convencionalismos como en su vertiente generadora y recreadora. […]. Así, el lenguaje, la comunicación y el conocimiento han quedado anclados y afectados por un conjunto complejo de referencias socioculturales y psicosociales indisociables. De este modo se han introducido como variables esenciales en el proceso de comunicación –producción, recepción y semiosis- nociones tales como género, etnia, clase cultural, habitus, etc., obligando a reelaborar la lógica de los procesos comunicacionales por completo.”
Encontramos de nuevo conceptos ya asumidos en nuestro marco teórico y que se ajustan a una orientación teórica que contempla los fenómenos culturales como semióticos, tanto desde la perspectiva de los significados ya construidos como desde la producción de nuevos sentidos culturales.