9/20/2011

La II República

A lo largo del día 12 de abril se desarrollan sin incidentes reseñables las elecciones municipales en toda España, elecciones planteadas como una cuestión de confianza a la monarquía. Numéricamente los partidos monárquicos ganan por un estrecho margen, pero los republicanos han obtenido una mayoría aplastante en las grandes capitales. El procedimiento electoral seguido es el fijado en la ley electoral de 1907[1], que mediante la aplicación del artículo 29, pese a su evidente choque con los artículos 2 y 84 de la misma Ley que declaran obligatorio el voto, ha favorecido las candidaturas monárquicas en las áreas rurales.
Los resultados electorales conseguidos por todas las fuerzas políticas se pueden resumir en el siguiente cuadro:

Concejales Republicanos.
34.388
Concejales Socialistas.
4.813
Concejales Comunistas.
67
Concejales Monárquicos.
19.035
Concejales Independientes.
15.198
Sin datos
6.991
No Establecidos
607
Total Concejales elegidos.
81.099


El censo electoral convocado a las elecciones es el siguiente:
Censo electoral.
5.440.103
Electores privados de voto por el artículo 29 de la Ley.
1.101.644
Censo Real.
4.338.459
Abstenciones.
1.424.379
Votantes.
2.914.080
De estas cifras se deduce que los concejales de filiación antimonárquica son 39.248, lo que supone un 49.53%, mientras que los de filiación monárquica suman 41.224, lo que supone un 49.72%. Pero el análisis del voto ciudadano configura una estrepitosa derrota monárquica. De un total de 1.724 concejales elegidos en las capitales de provincia, los monárquicos obtienen 659, un 38.21% frente a los 1.065 de los antimonárquicos que supone un 61.76% del total. En virtud del carácter plebiscitario que se les ha dado querido dar a las elecciones municipales, se puede concluir que la Monarquía lo ha perdido.
El 14 de abril, los periódicos matutinos de Madrid anunciaban el triunfo de la conjunción republicano socialista, el día anterior, la Guardia Civil todavía había disuelto a grupos de manifestantes, pero los servicios de seguridad se desplomaron, y a última hora de la tarde, el Rey abandonaba el palacio por la puerta del Campo del Moro[2], y se producía la primera reunión del Gobierno Provisional.
Manuel Tagüena relata así la participación de los comunistas en la manifestación espontánea con que el pueblo de Madrid celebró la llegada de la II República: “El 14 de abril de 1931 los pocos comunistas que había en Madrid salieron en un camión dando gritos de “Vivan los soviets”. El pueblo los apedreó considerándolos enemigos”.
En Málaga, al margen del suceso ocurrido con la placa que designaba el nuevo nombre de la antigua Alameda de Capuchinos llamada de Baena Gómez, presidente de la Agrupación de Cofradías, que se sustituyó por un rótulo con el nombre de “Avenida de Fermín Galán”, la jornada transcurrió con absoluta normalidad y ambiente eufórico de los republicanos que esa misma tarde ya celebraban su triunfo.
La victoria antimonárquica fue clara, por 33 concejales un 66% contra 17, un 34%, con porcentajes proporcionales de voto muy elevados a favor de las candidaturas republicanas, si bien con mayores diferencias en los distritos situados al otro lado del río Guadalmedina, precisamente aquellos en los que el Partido Comunista presentaba sus candidatos, y donde obtuvo el único concejal elegido en una capital de provincia andaluza: Andrés Rodríguez González, miembro del Comité Provincial.


[1] El artículo 29 de la Ley preveía que: “en los distritos donde no resultaren proclamados candidatos equivale a su elección y les revela de la necesidad se someterse a ella”.

[2] Manuel Tagüeña Lacorte en su libro “Testimonio de dos guerras” relata su participación en la vigilancia de la puerta del Campo del Moro, enviados por las milicias republicanas organizadas en el Ateneo de Madrid.

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