El 15 de diciembre, pocos días después de la rebelión de
Jaca protagonizada por el capitán Galán y el
teniente García Hernández, se produce la insurrección militar que los
dirigentes republicanos preparaban con algunos jefes y oficiales del ejército y
en la que estaba comprometido el P.S.O.E. y la Unión General de Trabajadores,
única organización de masas participante, con la misión de declarar una huelga
general que apoyara y arropara la sublevación.
El criterio del Comité Central era no colaborar con el
Comité Revolucionario por cuanto sólo el Partido Comunista estaba llamado a
dirigir la revolución, y además una República moderada sólo debe producir ,en
opinión de Andrés Nin[1]:“...desconfianza.[...] pues es capaz de
sacrificar a la Monarquía sobre los trabajadores”. No obstante, algunas de
las organizaciones más fuertes, como las de Madrid o Vizcaya, participaron
activamente en el movimiento, pero en todo caso las huelgas que se declararon
en algunas ciudades fueron pacíficas. La influencia de Julián Besteiro, que
había desaconsejado la huelga, sobre los trabajadores de la Unión impidió la
extensión del movimiento.
En Málaga, salvo el conato de incendio del Palacio Episcopal[2]
y el paro de algunos gremios[3],
que en todo caso formaban parte de la U.G.T. o estaban en su ámbito de
influencia, no se produjeron incidentes de importancia.
El Comité Provincial del Partido Comunista de España en Málaga[4],
estaba formado en aquellas fechas por José Ochoa Alcázar como Secretario
Político, José Gallardo Moreno como Secretario Sindical y de Organización
Rodrigo Lara Vallejo como Secretario de las Juventudes Comunistas, junto a
Cayetano Bolívar, Andrés Rodríguez, Luis Martín, Arturo Cabo y Sixto Cabo y no
hemos logrado documentar la posible participación del Partido en alguna acción
de apoyo a la insurrección.
El 7 de febrero de 1931 el Gobierno Berenguer aprueba un
Real Decreto de convocatoria a Cortes[5],
que fue rápidamente contestado por el retraimiento y la abstención de los
constitucionalistas, los grupos republicanos, los liberales monárquicos y los
socialistas.
El diez de febrero, se hace pública la nota de Santiago Alba
“Para mis electores y para toda España”
afirmando la necesidad que tenía la Corona de someterse a la voluntad de unas
Cortes Constituyentes, apostando en caso contrario por el retraimiento
electoral, opinión compartida por el malagueño Bergamín.
Los comunistas contrariamente a socialistas y republicanos
se decantan por la presentación de candidaturas en las elecciones a Cortes.
Joaquín Maurín[6]
concede una entrevista en la que a la pregunta “¿Es cierto que van ustedes a las elecciones?” responde:
“Exacto. Vamos a las
elecciones teniéndonos sin cuidado la abstención acordada por la izquierda
burguesa.
Los representantes de
la burguesía trabajan igual por la defensa de su prestigio y de sus intereses
en el Parlamento que en la abstención y nosotros no hemos de ir a remolque de
los partidos burgueses. Somos un partido proletario que representa intereses de
una clase revolucionaria”, luego añadió que el propósito del Partido era
presentar a correligionarios privados de libertad, como los que se habrían de
presentar por Cataluña:
Ramón Casanellas: Asesino de Dato.
Torres Pamiés: Preso en Lérida.
Manuel Adame: preso en Figueras tras la huelga de junio de
1930 en Sevilla.
Pero, el día 14, ante la falta de apoyo político a sus
proyectos el gabinete Berenguer dimite en pleno, formándose tras cuatro días de
difíciles negociaciones el que sería el último de los Gobiernos de la
Monarquía, el del Almirante Aznar.
Siguiendo la recomendación del Gobierno Berenguer que, al
dimitir, ha presentado un proyecto de Decreto[7]
aplazando indefinidamente las elecciones a Cortes, el nuevo Gabinete convoca
elecciones municipales en toda España para el día 12 de Abril de 1931.
El partido Comunista de España, pese a los continuos ataques
que recibe de la prensa[8]
y las instituciones del país y la situación de semilegalidad que soporta,
decide acudir a la convocatoria, aunque bajo el nombre de “obreros y
campesinos”.
La prensa se hace eco de la candidatura, anunciada por el
Gobernador Civil Sr. González Conde, que había sustituido al Sr. Queipo de
Llano, que afirma: “Tengo noticias de que
se ha formado la candidatura del Partido Comunista que presentará candidatos
por los distritos sexto, séptimo, octavo, noveno y décimo.”[9].
Lo cierto es que el Partido Comunista presenta candidaturas en el distrito
octavo: Santo Domingo, con dos candidatos, Juan Portales y José Ochoa Alcaraz,
Secretario Político del Comité Provincial en la fecha de las elecciones;
distrito noveno: Carmen, un candidato, Andrés Rodríguez González, miembro del
Comité Provincial y distrito décimo: Constancia, un candidato, Cayetano Bolívar
Escribano, miembro igualmente del Comité Provincial.
La campaña que tiene como base el lema ¡ Ningún compromiso!,
contempla duros ataques al pacto republicano socialista y obtiene, en general,
unos malos resultados, con 67 concejales para toda España, mientras que en la
Federación andaluza se obtienen 9 concejales: 6 en Córdoba, 2 en Sevilla y 1 en
Málaga capital, el sindicalista y miembro del Comité del partido Andrés
Rodríguez González.
[1]El Cronista. 7 de febrero de 1931. Pág.
7. Conferencia pronunciada por Andrés Nin en Barcelona.
[2]
García Sánchez, Antonio ““La Segunda
República en Málaga: La Cuestión Religiosa 1931-1933”. Pág. 162.
Se procesará por estos hechos al impresor de Rebelión, junto a uno de sus
colaboradores.
[3]
El Cronista. 16 de diciembre de 1930.
Pág. 7
Participan en el paro los obreros de la Compañía de
Andaluces, los de Suburbanos y parte del ramo de Construcción.
[4]
Cañas García, José “Autobiografía de José
Cañas García”. Documento mecanografiado del Partido Comunista de España
(S.E. de la I.C.) Comité Provincial de Jaén. Archivo General de la Guerra Civil
Española signatura 151.
[5]
El Cronista 8 de febrero de 1931. Pág.
5.
[6]
El Cronista. Jueves 12 de febrero de
1931. Pág. 7.
[7]
Gaceta de Madrid. 14 de febrero de
1931.
[8]
El cronista. Sábado 17 de enero de
1931. Pág. 1 “Los trabajos de la III
Internacional y sus secciones para la desorganización social”.
El Sol. 8 de febrero de 1931. :
“ Se debe
detener a los alborotadores comunistas”
El cronista.
31 de Marzo de 1931.
“Los comunistas
utilizan el motín como sistema”
[9]
Ibídem. 31 de marzo de 1931. Pág. 4.
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