La proclamación de la República suspendió momentáneamente la
conflictividad social, pero ésta reaparece nuevamente en primer término en
aquellos lugares que tienen mayor influencia anarquista o comunista. Los
primeros conflictos de importancia se van a producir en Sevilla con
declaraciones de huelga encadenadas, la gran mayoría de Sindicatos de la Unión
Local de influencia comunista, que culminan en un Primero de Mayo con múltiples
incidentes que provocan el paro del día 2.
Pero también hay huelgas en Vizcaya, de inspiración
anarquista y comunista, en Asturias, donde el Sindicato Unico de Mineros, con
influencia comunista y anarcosindicalista, reclama la jornada de siete horas
enfrentándose a la agrupación obrera mayoritaria que está federada en la
U.G.T., y en Barcelona, de metalúrgicos.
Pero la más importante es la C.N.T. organiza en la
Telefónica y que se solapa con los graves conflictos que tienen lugar en Sevilla
en Julio. La estrategia de la C.N.T, preveía la declaración una serie de
huelgas que se combinaran con la de la telefónica, por lo que, en unión con los
sindicatos comunistas de la Unión Local, convocaron la huelga general para el
día 20 de julio. Se producen graves incidentes en el entierro de la víctima de
un enfrentamiento[1],
que causan siete muertos, cuatro obreros y tres guardias civiles, declarándose
huelga general durante 48 horas en protesto por los sucesos, comenzando a
partir de ahí una cadena de hechos que no hacen sino agravar el conflicto, se
declara el Estado de Guerra y se producen violentos choques con los
manifestantes en el centro de la ciudad, mientras la huelga se extiende a los
pueblos limítrofes. En la madrugada del día 23, cuatro comunistas perecen por
la aplicación de la ley de fugas y la artillería destruye a cañonazos un
colmado, donde se reúnen con frecuencia los sindicalistas[2].
La violenta represión de la huelga modifica los
comportamientos de las organizaciones sindicales y establece los reflejos de
clase con que funcionaban los aparatos coactivos del Estado, que seguían siendo
los mismos[3].
En Málaga, la movilización obrera se intensifica, el número
de conflictos declarados en la capital pasa de 9 en 1931 a 15 en 1932 y 22 en
1933, con un considerable descenso durante el bienio republicano de derechas,
para volver a intensificarse tras el triunfo del Frente Popular. Del mismo
modo, la lentitud de las medidas gubernamentales respecto a la tierra, la
actitud patronal y la grave crisis extenderá la conflictividad en el medio
rural.
El Partido Comunista en Málaga que cuenta con una
estructura sindical limitada, ejerce su influencia sobre las siguientes
sociedades obreras: Dependientes de Comercio, Piel, Metalurgia, Cajas de Cartón,
Ferroviarios; Panaderos y Pescaderos, que están adheridos a la “Unión Regional
de Sindicatos” y, posteriormente, tras la Conferencia Nacional de Unidad
Sindical celebrada en 1932 en San Sebastián, en la Confederación General del
Trabajo Unitario,
De acuerdo con las tesis de la Internacional Comunista y la
política sindical resultante de la Conferencia de Pamplona, el partido
desarrolla una estrategia de infiltración sindical y creación de fracciones
comunistas que le lleva a controlar importantes federaciones obreras, bien
integrados dentro de la C.N.T., como, posteriormente, tras la absorción de los
Sindicatos Comunistas en la Unión General de Trabajadores.
La maniobra de “reconstrucción de la C.N.T.” había fracasado
en Sevilla, donde la Federación Local de la C.N.T. no permitió la infiltración,
pero en Málaga la situación es distinta y a pesar de que no tenemos información
sobre la creación de ningún Comité para la Reconstrucción de la C.N.T., es
evidente que el Partido Comunista colabora con la C.N.T., integrado en sus
Sindicatos.
A lo largo de los años 1932 y 1933 la C.N.T, pese al
aparente triunfo de los moderados en el Congreso de junio de 1931, se opone a
cualquier tipo de colaboración, y rechaza las Federaciones de Industria,
contraponiéndolas a los Sindicatos de Oficio, lo que impedía la modernización
del Sindicato y la enfrentaba a las fracciones comunistas que en algunas
Federaciones como la Asturiana o la de Vizcaya estaban integradas en la
Confederación. Igualmente la estrategia de “gimnasia
revolucionaria” impuesta por la F.A.I., y su insurreccionalismo crean
distancias con la línea de actuación del Partido Comunista.
Podemos ver que la estrategia comunista no difería entre
1930 y1931 de la anarcosindicalista, pero partir de la sustitución de Bullejos
por José Díaz en la dirección del partido se observa un alejamiento que se
concreta en la creación de la Confederación General del Trabajo Unitario, por
transformación del Comité surgido de la Conferencia de Unidad Sindical
celebrada en junio de 1932 en San Sebastián.
La opinión de Javier Tussel[4]
es que la procedencia cenetista de muchos cuadros del P.C.E. unifica sus
estrategias: “...lo que más nos interesa
es constatar que su estrategia no era muy diferente de la anarcosindicalista.
De hecho, de esta procedencia era más de un tercio de su militancia”. Por
el contrario la opinión de Tuñón de Lara[5]
es que el P.C.E. carece de estrategia hasta que Bullejos no es sustituido.
En Málaga a partir de la huelga ferroviaria de 1932, se
tensaron las relaciones entre confederales y comunistas que inician una
política sindical de corte más agresivo, manteniendo el principio de “clase
contra clase” y “frente único por la base” por lo que se dirige a todos los
trabajadores, incluso a los sindicados, lo que les lleva a frecuentes
enfrentamientos con el resto de las organizaciones sindicales. Resulta
significativo el llamamiento[6]
a todos los obreros del ramo realizado por los Grupos de Oposición Sindical
Revolucionaria de la Construcción:
“A todos los camaradas
que componen dicho grupo y en particular a todos los trabajadores del ramo, que
simpaticen con nuestra iniciativa y estén descontentos con la actuación del
sindicato único.
Camaradas al
constituirse este grupo, no viene a dividir más a los trabajadores de este ramo,
sino que por el contrario, viene a velar
por que aquellas mejoras que tantos sacrificios costaron arrancar a la patronal
se cumplan.
Es nuestro primer
deseo empezar a trabajar de manera porque todos los conflictos y litigios
planteados en la localidad vayan teniendo solución.
Para ello tenemos que
contar con vuestro apoyo y desinterés para que formando un “frente único” de lucha podamos terminar
con tantas arbitrariedades y atropellos que estamos constantemente siendo
víctimas.
Ya que vuestros jefes sindicales
no se ocupan para nada de dar solución a dichos conflictos, es propósito
decidido de este grupo el exigir, por medio de una abierta propaganda el que
tantos y tantos solares vallados se edifiquen terminando con ello, en parte, el
pavoroso problema del paro forzoso en esta localidad.
Para hacer un estudio
analítico de lo que más arriba indicamos, se convoca para el jueves día 6 del
corriente en nuestro domicilio social de C/Cerrojo nº 1.
Convencidos de que no
faltaréis quedamos vuestros. Por el grupo. El Comité.”
Vamos a analizar dos conflictos en los que es destacable la
política sindical del Partido; el primero es el del campo de la Comarca de
Antequera organizado por el “Sindicato de Obreros Agricultores” lo largo del
primer bienio republicano, y el otro es el que mantiene el “Sindicato de
Andaluces y Sur de España” contra la Compañía de Ferrocarriles Andaluces.