1/25/2011

Cultura y mujer

El concepto de mujer representa un problema en cualquier área de estudio de lo social, las descripciones anatómicas no sirven desde el punto de vista cultural, pero, desde la teoría feminista, el concepto de mujer es central y el punto de partida de todo el desarrollo académico y político del movimiento.
Existe una profunda misoginia en los discursos de la filosofía en la edad moderna, equiparando mujer y reproducción o sexualidad, sin que hasta la fecha haya sido superada. Michel Foucualt afirma que desde la edad moderna se inicia una “histerización” del cuerpo femenino que nos lo muestra totalmente “saturado de sexualidad”.
Las restricciones en la educación, las limitaciones en el acceso a prácticamente todas las áreas, salvo las que desarrollan la sensibilidad y el estudio de lo humano , conforman un prototipo de mujer que existe sólo para darse a otros, nunca para formarse a sí misma y le queda vedado el desarrollo de la poesía, la filosofía o la ciencia.
El feminismo, procuró superar esa visión desarrollando dos grandes vertientes académicas: el feminismo cultural y el postestructuralista.
La primera tendencia está representada fundamentalmente por Alice Echols , y Mary Daly . Su referencia a la cultura está basada en la línea de la conservación de una cultura de las mujeres como alternativa a la dominante.
En cuanto al postestructuralismo, se desarrolla con base en la reconstrucción del discurso que inician Derrida, Lacan, Kristeva y Foucualt. Aunque con nítidas diferencias, y siempre con la base en la dicotomía existente en el estructuralismo naturaleza/cultura, razón/sentimiento, positivo/negativo y hombre/mujer , sostienen que cada individuo define sus ideas y su actuación por medio de su relación con una cultura. Según esta posición, las diferencias entre las personas son muy reales, pero obedecen a muchas causas sociales complejas que interactúan; no es válido establecer diferencias entre dos grandes grupos, uno conformado por todos los hombres, y el otro por todas las mujeres. El feminismo, entonces, debe asumir la tarea de deconstruir, desmantelar activa y subversivamente esta ficción.
Pese a que algunas feministas liberales, de ideas humanistas, nos recomiendan suponer que la diferencia entre hombres y mujeres no existe, los postestructuralistas sostienen que esa suposición no nos va a evitar continuar pensando con las mismas estructuras mentales que se basan, no sólo en la diferencia, sino también en la superioridad del varón.
Debemos, por tanto, modificar nuestras estructuras de pensamiento y nuestro propio contexto vital superando un debate que oculta otras realidades
 Imagen obtenida de http://www.lilasweb.org/

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