5/24/2011

Soy culpable

Soy culpable por mirar hacia otro lado mientras secuestraban nuestra democracia. Soy culpable por no indignarme antes, por no haber querido entender que la deriva de nuestro estado se iba alejando de lo que tod@s quisimos construir durante la transición. Soy culpable por no haber exigido la reforma electoral cuando comprendí que nuestra democracia se transformaba en partitocracia. Soy culpable por vagancia por dejar que el espacio político fuera ocupado por quienes era evidente que buscaban un espacio al sol, sin importar cual fuera este. Soy culpable por prepotente y orgulloso, por sentirme muy satisfecho desarrollando fórmulas de participación, sin percatarme del nulo interés que generaban. Soy culpable de desidia y desinterés, por no levantar mi voz con fuerza para impedir que se dejara fuera del espacio político a ciudadanos de nuestro país por no querer formar parte de él. Soy culpable por no luchar para impedir que la riqueza que habíamos obtenido entre tod@s se privatizara en beneficio de unos pocos. Soy culpable por no luchar para impedir que el  Estado financiara las pérdidas (en muchos casos ficticias) del sistema financiero mientras desatendía a sus ciudadanos más necesitados. Soy culpable por permitir que los sindicatos dejaran de ser sindicatos. Soy culpable por no entender que mi propia línea teórica de investigación sobre cultura me impedía ver que la mayoría de los procesos de desigualdad, tienen un profundo componente social. Soy culpable por tantas cosas……..

5/23/2011

Recuerdos de André Gluskman La tarta de nata del PSOE

"Camaradas socialistas, amigas y amigos
ha llegado la hora de hacer balance.
Fuimos mayoritarios, somos minoritarios,
 no hay porque desesperarse; en estos percances,
habituales en los regímenes democráticos,
es sabio aquel que sabe esperar un retorno de la coyuntura
y mantiene con firmeza la tesis: "Mi bando siempre tiene razón"
Elogio de la tarta de nata André Glusskman

Paso el tiempo de vino y rosas y la dura y grisácea realidad vela la mirada resacosa de las personas que han dilapidado en once meses las esperanzas de regeneración de muchos ciudadanos.
Autocrítica?.. no parece que ese sea el camino, en su conceptualización de crítica sólo existe un componente la heterocrítica; siempre son las circunstancias, las actuaciones de los demás las que emergen en los malos resultados. La crisis, no la desafortunada gestión de la misma, la aplicación, disfrazada de progreso, de  políticas neoliberales supuestamente impuestas, (quiero pensar que es así, no que las mentes grandilocuentes de los responsables del Gobierno, sean coautores de tal ataque a lo social), ha pasado factura a un gobierno que impulsó el mayor calendario legislativo en política social de la historia de nuestra democracia.
André Gluckman en su libro "La estupidez: ideología de la postomodernidad"  nos dice :"Lo que se desarticula en política no es un programa electoral ni unos decenios de consumo feliz, sino un siglo de historia social (....) Los partidos políticos, al igual que las patrias, se encuentran desposeídos de su infalibilidad (....) La mayonesa no cuaja y la tarta de nata ya no es tarta de nata..." y esa es nuestra realidad,  medio siglo de avances arrojados a la basura por la presuntuosa incapacidad de quienes se creyeron capaces de liderar un partido que, definitivamente y en sus manos, ha perdido el rumbo.
Reclamamos, exigimos una renovación una catarsis que pueda dar un nuevo impulso a nuestras instituciones, la purificación es necesaria.

5/20/2011

#spanishrevolution y tangentópolis

En Italia en 1992 un desconocido funcionario local del Partido Socialista, Mario Chiesa, fue detenido en Milán cuando  recibía un soborno por adjudicar un contrato de servicios de limpieza para un hogar de ancianos del Ayuntamiento, del cual era director. El soborno era relativamente modesto, sólo 10 millones de liras, y las personas implicadas eran poco conocidas. 
Para una formación como el Partido Socialista, cuya reputación había sido empañada, y algunos de cuyos miembros más conocidos habían sido objeto de otras investigaciones por corrupción política en el decenio de los ochenta, el caso Chiesa parecía un incidente de menor importancia, destinado a olvidarse
 Los principales periódicos y programas informativos de la televisión informaron del hecho durante un par de días sin prestarle mayor atención. En abril de 1992 debía celebrarse elecciones generales, e insistir en un caso de corrupción que involucraba a uno de los principales partidos a sólo semanas de la votación, podría haberse interpretado como una maniobra partidista. Pero en esos momento Chiesa comenzó su declaración judicial y el halito de la corrupción se extendió por todo el país y las élites políticas, con sus intentos de impedir la actuación judicial se deslegitimaron. A partir de ahí los triunfos de la "Liga Norte" de Bossi y el acceso al poder de personajes como Berlusconi consiguieron lo que no habían conseguido los partidos tradicionales: evitar la actuación judicial y elevar el nivel de corrupción alejando la democracia italiana de sus posibilidades de renovación.
Yo confío en que esa deriva que, en alguna medida comenzaba a amanecer en este país, puede verse cortada de raíz por un movimiento espontáneo y, aunque también España se aleje de las concepciones y las estructuras políticas tradicionales, su evolución avance hacia una regeneración democrática utilizando canales de participación que tradicionalmente no se han usado y que permiten una actividad ciudadana que obligue a la adopción de resoluciones que tenga en cuenta la opinión de los ciudadanos. La esperanza está presente.

5/18/2011

La maldita manía de escuchar la radio. El P.S. y la razón del poder

Esa maldita manía que tengo que me impide dormir sin tener la radio de fondo me hizo perder ayer un buen rato de sueño. El diálogo entre la amable presentadora y un representante del Partit Socialiste, al que pertenece el presunto agresor sexual Dominique Strauss-Kahn, convirtió mi duermevela en una inquieta desazón.
Parece que las presuntas tendencias del Ilustre Director del Fondo Monetario Internacional eran bien conocidas en el partido en el que milita pero que sus posibilidades de éxito en la próxima confrontación electoral francesa pesaban más en la balanza de su elección como candidato que su propia calidad como ser humano y posible futuro presidente de todos los franceses. Tal comentario fue acogido con muestras de comprensión por los contertulios de la cadena de radio donde se desarrollaba la entrevista y con comentarios relativos a la rapidez con que se habían llevado a cabo las actuaciones judiciales y policiales, ningún comentario sobre la víctima y el reconocimiento de que quizás si había sido una trampa en la que el ingenuo director del FMI había caido.
A estas alturas de mi vida se muy bien que me repugna y comienzo a alejarme de sistemas que siempre había defendido.

5/17/2011

Candidatos, lerrouxistas y naufragios. Rescatado por el @capitan_ahab

El domingo, tras las manifestaciones, me acerqué a esa ventana de las diferentes realidades que es Twitter con la calmada intención de observar reacciones intentando obtener una imagen cubista de todas sus caras. Mi sorpresa comienza ahí: el candidato nº2 en las listas de PSOE a las municipales en Málaga nos exhorta a leer historia, aclarándonos que tras los cabreos  generalmente se encuentra la extrema derecha y que en España hemos tenido a Alejandro Lerroux. Anonadado ante tal despliegue de sabiduría y análisis, sigo observando la red.... poco a poco algún comentario de los compañeros de partido del ilustre analista intentaba establecer un diálogo más alejado de las cumbres.
Pero mi sorpresa no acaba ahí, un dirigente nacional del mismo partido, reclama a esos justamente indigandos (según él) su voto para evitar que quienes se sentaron en la mesa con los especuladores lleguen al poder. ¡Alto ahí¡ no eran lerrouxistas, no representan los intereses de la extrema derecha, evidentemente mi escasa capacidad hace que no comprenda la sutileza del análisis, tendrán razón y es justo que se reclamen esos votos para alejar a los no-progresistas del poder. Pero...espera y...el progreso ¿qué es? yo pansaba que era un proceso y que como tal carecía de causas éticas o morales, en fin como vulgarmente se dice "Doctores tiene la fe" (en el progreso digo). Y ahí me quedo hasta que hoy por la mañana un nuevo giro mejestuoso de la ideología los convierte en antisistema y se disuelve su acampada, ¡hay que mantener el sistema¡¡¡
Afortunadamente de ese naufragio en el Mar Sistémico del Océano de la Modernidad me rescatan valientes navegantes con otros comentarios que me permiten asirme a sus barcos en eses naufragio. El @capitan_ahab, @jammarq, @currotroya o @76tintin permiten mi supervivencia

5/04/2011

Postmodernidad La cultura en plural o las culturas

 


Hemos abandonado la modernidad y la postmodernidad[1] cambio bases fundamentales del pensamiento, el progreso que aparece como metarrelato justificador de la modernidad se abandona[2]. Por ello, George Steiner en su ensayo de 1971 "En el Castillo de Barba Azul: una aproximación a un nuevo concepto de cultura", señala que en la actualidad se han derrumbado tres axiomas de la modernidad que han dado al traste la idea de progreso: El hombre para su desarrollo debe dominar la naturaleza que muestra sus heridas: “Primero, se ha perdido o al menos está decididamente dañado el axioma del progreso que concebía la historia occidental como una curva permanente de ascenso. Segundo, ya no aceptamos la proyección según la cual el progreso necesariamente habrá de difundirse desde los centros privilegiados a todos los hombres. Tercero, ya no podemos apelar sin excesiva reserva al programa educativo del humanismo que sostenía que la ignorancia racional e ilustrada era la fuente de la crueldad y la barbarie; el tipo de conocimiento y formación otorgado por esa educación humanística no ha disminuido los niveles de violencia e injusticia en las sociedades occidentales contemporáneas”. En esa misma línea somos conscientes de la creciente capacidad destructiva de la civilización generada por la sociedad industrial y una creciente inefectividad[3] derivada de la incapacidad resolutiva del sistema político. C. Offe afirma: “las tres fórmulas de racionalidad con las que se han impulsado y legitimado los procesos de modernización en los siglos XIX y XX (técnica científica, cálculo económico del capital y regulación jurídica), han quedado por lo menos tan desacreditados como insuficientes, poco fiables y potencialmente irracionales, y hoy nadie pretende fundamentar la racionalidad de la acción política en estos criterios exclusivamente”.
Igualmente, el concepto jerárquico se debilita, aparece un concepto diferencial; las necesidades humanas similares se pueden satisfacer de diferentes formas, ninguna de las cuales son en sí mismas mejores que las otras, cada cultura es el resultado de la elección arbitraria entre infinitas posibilidades. Necesitaremos emplear el término cultura en plural y hablar de culturas. 
Recordando las definiciones que el Diccionario de la Real Academia Española daba, en el de 1984, añade otras dos: “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época o grupo social, etc.” y [Cultura] “popular: Conjunto de manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo.” Observamos una cercanía a la aceptación del concepto diferencial de cultura. 
Queda excluida por tanto la justificación a través de los grandes relatos, no se puede recurrir ni a la emancipación de la humanidad, ni a la dialéctica del Espíritu para dar validez al discurso cultural postmoderno. Pero la postmodernidad ha mantenido la idea de que la cultura es un proceso creador de orden y que las normas que desarrolla deben ser coherentes y no contradictorias, por tanto seguimos considerando a la cultura un sistema[4]. Ahora bien, los sistemas sólo admiten aquellos elementos que contribuyen a su mantenimiento. Entonces si nos encontramos con alguna práctica que no cumple ninguna función, debemos pensar que, o bien, es un residuo de una situación anterior, o un añadido extraño perjudicial para su funcionamiento. Será por tanto la legitimación por la performatividad[5], la que oriente los discursos[6], pero este criterio es tecnológico y ajeno por tanto a lo verdadero o a lo justo. 
Estamos pues acostumbrados a pensar la cultura como un dique frente al caos y el desgobierno y esta visión nos obliga a pensar que cierta incoherencia de las normas, la doble moral o la multitud de productos culturales sin uso obvio para el sistema, representan una crisis cultural o, en el caso cada vez más frecuente de sociedades multiculturales, un conflicto entre culturas. Es cada vez más difícil mantener esa visión de la cultura que nos mantiene permanentemente en la crisis convirtiendo en excepciones las acciones más comunes. Este proceso crítico, todavía no resuelto nos presenta a la cultura como una continua actividad que nos ayuda a diferenciar en nuestra actividad diaria.

Imagen tomada de: 
http://tbpd.files.wordpress.com/2010/03/postmodernism-sbcimpactnet.jpg?w=400&h=320







[1] Lyotard, Jean-François “La condición Postmoderna” Barcelona 1992 Pág. 9 “Este estudio tiene por objeto la condición del saber en las sociedades más desarrolladas. Se ha decidido llamar a esta condición postmoderna. El término está en uso en el continente americano, en pluma de sociólogos y críticos. Designa el estado de la cultura después de las transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la literatura y de las artes a partir del siglo XIX.” Lyon David “Postmodernidad” Madrid 2000.Pág. 9-10 “ La postmodernidad es un concepto de varios niveles que llama nuestra atención sobre diversos cambios sociales y culturales que se están produciendo al final del siglo XX en muchas sociedades avanzadas; pro ejemplo, el rápido cambio tecnológico, con las posibilidades que ofrecen las telecomunicaciones y los ordenadores; los nuevos intereses políticos y el auge de los movimientos sociales, especialmente los relacionados con los problemas raciales, étnicos, ecológicos y de género. Pero la cuestión es todavía más amplia:¿está desintegrándose la propia modernidad como entidad sociocultural, incluyendo el majestuoso edificio de las concepciones del mundo de la Ilustración? ¿Está apareciendo un nuevo tipo de sociedad quizá estructurada en torno a los consumidores y el consumo en vez de en torno a los trabajadores y la producción?  
[2] La mención al concepto lineal de progreso a través de la historia ya aparece cuestionada en Oswald Spengler, que igualmente diserta sobre la diversidad cultural “He aquí lo que le falta al pensador occidental (………): la comprensión de que sus conclusiones tienen un carácter histórico-relativo, de que no son sino la expresión de un modo de ser singular y sólo de . El pensador occidental ignora los necesarios límites en que se encierra la validez de sus aserto; no sabe que sus verdades inconmovibles sus verdades eterna, son verdaderas sólo para él y son eternas sólo para su propia visión del mundo, no cree que sea su deber salir de ellas para considerar las otras que el hombree de otras culturas ha extraído de sí y afirmado con idéntica certeza. Pero esto justamente tendrá que hacerlo la filosofía del futuro si quiere preciarse de integral. Eso es lo que significa comprender el lenguaje de las formas históricas, del mundo viviente. Nada aquí es perdurable, nada universal. No se hable de más de formas del pensamiento, del principio de lo trágico, del problema del Estado: La validez universal es siempre una condición falsa que verificamos extendiendo a los demás lo que sólo para nosotros vale”.

No obstante existen voces como Daniel Bell, que opinan que el progreso aún es posible a condición de mantener los principios ilustrados de la razón, aunque ahora codificados digitalmente.
[3] Illich Ivan “Energía y equidad”, Barcelona 1973. Lyotard, Jean-François “La condición Postmoderna” Barcelona 1992 Pág 118 “Con el argumento de Brillouin (La información cuesta energía, la negentropia que constituye suscita la entropía), la idea o la ideología del control perfecto de un sistema, que debe permitir mejorar sus actuaciones, aparece como inconsistente con relación a la contradicción: disminuye la performatividad que pretende aumentar. Esta inconsistencia explica en particular la debilidad de las burocracias estatales y socio-económicas; ahogan a los sistemas o subsistemas que controlan, y se asfixian al mismo tiempo que ellos (feedback negativo).
[4] Lyotard, Jean-François “La condición Postmoderna” Barcelona 1992 Pág. 34 “….Parsons en los años 50 asimila la sociedad a un organismo autorregulado. El modelo teórico e incluso material ya no es el organismo vivo, lo proporciona la cibernética que multiplica sus aplicaciones durante y al final de la segunda guerra mundial. En Parsons, el principio del sistema todavía es, digámoslo así, optimista: corresponde a la estabilización de las economías de crecimiento y de las sociedades de la abundancia bajo la égida de un welfare state moderado. En los teóricos alemanes de hoy, la Systemtheorie es tecnocrática, es decir, cínica, por no decir desesperada: la armonía de las necesidades y las esperanzas de individuos o grupos con las funciones que asegura el sistema sólo es un componente adjunto de su funcionamiento: la verdadera fiabilidad del sistema, eso para lo que el mismo se programa como una máquina inteligente, es la optimización de la relación global de sus input con sus output, es decir su performatividad.”  
[5] Lyotard, Jean-François “La condición Postmoderna” Barcelona 1992 Pág. 34 “Incluso cunado cambian sus reglas y se producen innovaciones, incluso cuando sus disfunciones, como las huelgas o las crisis o el paro o las revoluciones políticas pueden hacer creer en una alternativa y levantar esperanzas, no se trata más que de reajustes internos y su resultado sólo puede ser la mejora de la vida del sistema, la única alternativa a ese perfeccionamiento de las actuaciones es la entropía, es decir la decadencia”  
[6] Lyotard, Jean-François “La condición Postmoderna” Barcelona 1992 Pág.10 “así la sociedad que viene parte menos de una antropología newtoniana (como el estructuralismo o la teoría de sistemas) y más de una pragmática de las partículas lingüísticas. Hay muchos juegos de lenguaje diferentes, es la heterogeneidad de los elementos. Sólo dan lugar a una institución por capas, es el determinismo local. Los decididores intentan, sin embargo, adecuar esas nubes de sociabilidad a matices de imput/output , según una lógica que implica la conmensurabilidad de los elementos y la determinabilidad del todo. Nuestra vida se encuentra volcada por ellos hacia el incremento del poder. Su legitimación, tanto en materia de justicia social como, de verdad científica, sería optimizar las actuaciones del sistema: la eficacia.”