9/13/2015

Memética y otras aproximaciones al concepto más positivista de cultura

En los últimos años del siglo XX todavía era general la idea de que se podía encontrar un paradigma científico que organizara el saber sobre la cultura. Aun aquellos autores que defendían el carácter multiparadigmático de las ciencias de la cultura como Alexander (1990) o Ritzer (1980) aspiraban a establecer uno que pudiera ser el que mayor capacidad explicativa pudiera tener. Para algunos autores:
la cultura consiste en los valores, motivaciones, normas y contenidos ético-morales dominantes en un sistema social. Para otros, la cultura abarca no sólo los valores y las ideas, sino todo el conjunto de instituciones por las que se rigen los hombres. Algunos antropólogos consideran que la cultura consiste exclusivamente en los modos de pensamiento y comportamiento aprendidos, mientras que otros atribuyen mayor importancia las influencias genéticas en el repertorio de rasgos culturales. Por último, unos opinan que la cultura consiste exclusivamente en pensamiento o ideas, mientras que otros defienden que consta tanto de los pensamientos e ideas como de las actividades de los mismos (Harris, 2000, pág. 17).

 Entre los defensores de las definiciones “ideacionales” de la cultura William Durham (1991) sostiene que definir  exclusivamente por las ideas la cultura representa un consenso que se debería alcanzar. Y, en alguna medida, su definición que podemos resumir como una guía del comportamiento sin el comportamiento.
Gran parte de la corriente ideacional mantiene que la cultura consiste con exclusividad en entidades mentales compartidas y trasmitidas socialmente como valores, creencias o ideas. La agrupación de todos esos hechos mentales recibió la denominación de “meme”, neologismo introducido por Dawkins en su libro “El gen egoísta” (1979, pág. 218).
Necesitamos un nombre para el nuevo replicador, un sustantivo que conlleve la idea de una unidad de transmisión cultural, o una unidad de imitación. «Mímeme» se deriva de una apropiada raíz griega, pero deseo un monosílabo que suene algo parecido a «gen». Espero que mis amigos clasicistas me perdonen si abrevio mímeme y lo dejo en meme.  Si sirve de algún consuelo, cabe pensar, como otra alternativa, que se relaciona con «memoria» o con la palabra francesa même. En inglés debería pronunciarse «mi:m». Ejemplos de memes son: tonadas o sones, ideas, consignas, modas en cuanto a vestimenta, formas de fabricar vasijas o de construir arcos. Al igual que los genes se propagan en un acervo génico al saltar de un cuerpo a otro mediante los espermatozoides o los óvulos, así los memes se propagan en el acervo de memes al saltar de un cerebro a otro mediante un proceso que, considerado en su sentido más amplio, puede llamarse de imitación.

Siguiendo a Dawkins, para los memes se dan las mismas características que regulan un proceso evolutivo: fecundidad, longevidad y fidelidad. Y, exactamente igual que los genes son egoístas.
Para Durham el meme es la unidad fundamental de información almacenada en el cerebro, transmitida mediante un aprendizaje y modificada por las fuerzas selectivas de la evolución cultural. Asume la tesis fundamental de Dawkins que afirma la existencia de otro replicante y análogamente a los genes que se agrupan en cromosomas, los memes se agrupan en dimensiones culturales que pueden incrementarse. Pero, mientras los cromosomas son independientes de nuestras acciones, las dimensiones culturales nos construyen. Así pues, la cultura no sería el conjunto de normas sino la información que las construye.
Ahora bien, los procesos evolutivos biológicos siguen las reglas del modelo darwiniano, mientras que, la evolución de la cultura, con intervención humana directa puede basarse más bien en procesos lamarckianos.
La definición de meme fue reelaborada por Blackmore (2000), asimilándola a cualquier cosa que se copia de una persona a otra, ideas, habilidades, hábitos  o cualquier tipo de información que es copiada con variaciones y selecciones. Puesto que sólo algunas de la variaciones sobreviven, los memes y, lógicamente la cultura, evolucionan. Los memes se copian por imitación, enseñanza u otros métodos, y compiten por espacio en nuestros recuerdos y por la oportunidad de ser copiados de nuevo. Grandes grupos de memes que se copian y transmiten juntos se llaman memes complejos  o memeplexes .Un ejemplo claro de memeplexe sería la religión. El método de replicación de los memes sería  la imitación. Esto requiere capacidad cerebral para imitar general o selectivamente un modelo. Dado que el proceso de aprendizaje social cambia de una persona a otra, no puede decirse que el proceso de imitación sea completamente imitado. La igualdad de una idea puede ser expresada con diferentes memes de apoyo. Esto quiere decir que la tasa de mutación en la evolución memética es extremadamente alta, y que las mutaciones son incluso posibles dentro de todas y cada una de las interacciones del proceso de imitación. Esto resulta muy interesante cuando advertimos que existe un sistema social compuesto de una compleja red de microinteracciones, pero a un nivel superior surge un orden para crear la cultura.
La Memética ha sido vinculada con frecuencia a los métodos matemáticos desarrollados por Cavalli-Sforza (2007) en el estudio genético de poblaciones. En el caso de la memética si bien la estructura matemática no está todavía suficientemente desarrollada, se está adaptando para el estudio cuantitativo de la transmisión y evolución cultural, pretendiendo conseguir el paraguas de la tradición científica del evolucionismo. Las dificultades para construir un modelo matemático que permita comprender la evolución y la transmisión cultural son evidentes, pero lo cierto es que se están desarrollando trabajos en esa línea que, a su vez, está conectada con los teóricos de la inteligencia artificial.
Por su parte Mosterin (2009) ha desarrollado una potente filosofía de la cultura planteando preguntas como qué es la cultura, dónde radica y cómo evoluciona con el tiempo. En su obra “La naturaleza humana(2006) define la cultura como información trasmitida por aprendizaje social entre animales de la misma especie, abriendo una amplio abanico de posibilidades a la concepción de cultura en animales sociales.
La cultura no es un fenómeno exclusivamente humano, sino que está bien documentada en muchas especies de animales superiores no humanos. Y el criterio para decidir hasta qué punto cierta pauta de comportamiento es natural o cultural no tiene nada que ver con el nivel de complejidad o de importancia de dicha conducta, sino sólo con el modo como se trasmite la información pertinente a su ejecución. […] Los chimpancés son animales muy culturales. Aprenden a distinguir cientos de plantas y sustancias, y a conocer sus funciones alimentarias y astringentes. Así logran alimentarse y contrarrestar los efectos de los parásitos. Tienen muy poco comportamiento instintivo o congénito. No existe una 'cultura de los chimpancés' común a la especie. Cada grupo tiene sus propias tradiciones sociales, venatorias, alimentarias, sexuales, instrumentales, etc. […] La cultura es tan importante para los chimpancés, que todos los intentos de reintroducir en la selva a los chimpancés criados en cautividad fracasan lamentablemente. Los chimpancés no sobreviven. Les falta la cultura. (Mosterin, ¡Vivan los animales!, 1998, págs. 146-147; 151)
Y, como información transmitida por aprendizaje, se opone a la naturaleza, es decir a la información transmitida genéticamente. Si los memes son las unidades o trozos elementales de información adquirida, la cultura actual de un individuo en un momento determinado sería el conjunto de los memes presentes en el cerebro de ese individuo en ese momento. A su vez, la noción vaga de cultura de un grupo social es analizada por Mosterín en varias nociones precisas distintas, definidas todas ellas en función de los memes presentes en los cerebros de los miembros del grupo
Para Harris (2000, pág. 20), los intentos de reducir el concepto de cultura a las ideas excluyendo los comportamientos, construyen una teoría asimétrica. La explicación usual  argumenta que el comportamiento es “demasiado complejo, desestructurado e indefinido” para que pueda servir de base al estudio de la cultura.
Es probable que subyaga cierto grado de precondicionamiento genético en la creencia difundida (pero no universal) de que una sonrisa es un saludo amistoso, o de que las cosas dulces son buenas para comer. Si aceptamos que estos memes en los que se combinan aprendizaje, ideas y genética son entidades culturales, ¿por qué negar que comportamientos socialmente transmitidos en los que se combinan aprendizaje y genética forman parte también de la cultura?


En mi opinión, la memética explica de la forma más simple problemas como los orígenes del lenguaje  y puede articularse en una teoría que permita establecer las pautas de la difusión y la evolución cultural.

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