8/30/2011

PCE: El Pronunciamiento de septiembre de 1923. La Dictadura


En septiembre, el día 13, se produce el golpe de Estado del General Primo de Rivera. La reacción del P.C.E, es de total oposición, llamando en Madrid, el mismo día 13, a la Huelga General, llamamiento en el que fue secundado por la Federación local de la C.N.T., mientras que la actitud del P.S.O.E., si bien fue contraria al golpe[1], negaba la participación activa en defensa de la legalidad. Al mismo tiempo, su nota del 15 ponía en guardia contra cualquier movimiento que pueda dar lugar a represión, desautorizando a cualquier Comité (no podían ser otros que los del P.C.E. y la C.N.T.), que tomara iniciativas. No existía ninguna posibilidad de resistencia sin la participación del P.S.O.E., por lo que el golpe triunfó sin apenas resistencia.

Tanto el P.C.E. como la C.N.T. sufrieron la persecución y represión del régimen. La represión contra el comunismo halló su pretexto en un supuesto movimiento revolucionario que tendría lugar en diciembre, con participación conjunta de comunistas del vecino Portugal. Se produjeron detenciones de miembros del Comité Central y de las Juventudes en Asturias, Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, San Sebastián y Sevilla. Consecuentemente, el Partido se organiza en la clandestinidad, asumiendo la dirección un triunvirato, formado por Maurín, Martín Sastre y González Canet. En ese momento comienza el abandono del Partido por los antiguos militantes socialistas que provocaron la escisión, quedando reducido, en los inicios del año 1924, a 450 militantes[2]. al mismo tiempo la intensificación de la represión obliga a la Dirección del Partido a instalarse en París, asumiendo las funciones Bullejos, León Trilla y Adame, que va servir de puente para la incorporación, entre los años 1926 y 1928 de un importante grupo de sindicalistas sevillanos[3], procedentes de la Confederación Nacional del Trabajo, consiguiendo el Partido el control de un importante número de sindicatos, entre los que se encontraban el de obreros portuarios, el de panaderos, el de metalúrgicos, el de ferroviarios, etc., consolidando uno de los núcleos comunistas más importantes de España.

En 1926 la dirección del P.C.E., vuelve a España, instalándose Bullejos en Bilbao, desde donde coordina la organización de una Huelga General en Vizcaya y la participación activa del Partido en las que se suceden en la cuenca minera asturiana, pero las detenciones del mismo Bullejos, de León Trilla, Adame y Arrarás obligan nuevamente, en 1928, a situar en París el Comité Ejecutivo que quedó constituido por Vicente Arroyo y dos delegados del Partido Comunista francés, Duclós y Rabaté. Allí, en la capital francesa, ya en 1929, se celebrará el III Congreso del Partido Comunista Español, al que no pudieron asistir la mayoría de los delegados del interior al no poder cruzar la frontera, y donde se ratificaron los acuerdos adoptados por el VI Congreso de la Internacional Comunista de “frente único por la base” y de “clase contra clase”.






[1] Manifiesto del P.S.O.E. y de la U.G.T., afirmando que :”no se debe dar aliento a esta sublevación”.
[2] Ibarruri, Dolores y Azcárate, M.: “Historia del Partido Comunista de España”
[3] Se incorporarán Antonio Mije, Manuel Delicado, José Díaz Ramos, Barneto, Roldán, Etc.

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