6/10/2011

Inglaterra refinement la construcción del concepto de cultura

Inglaterra, se mantiene equidistante de las construcciones alemana y francesa de la cultura. En el inicio de la modernidad, habían intentado compendiar las dos tradiciones continentales, pero el desarrollo económico propiciado por la revolución industrial, generó una corriente pensamiento que consideró el materialismo y la tecnología de la civilización moderna como enemigos: “Poesía contra Mammon”, en definición de Shelley (citado en Kuper; 2001, p. 27).
Ante esta situación, la defensa se encontraba en los valores culturales mantenidos a lo largo del tiempo y representados por las grandes obras del arte y la filosofía. Quizá, el autor más destacado en esta tradición inglesa sea Matthew Arnold, como nos dice Martín Caballero (2006, p.54):
“[…] el autor más representativo en este debate. Su obra más famosa Culture and Anarchy. An essay in Political and Social Criticism  de 1867-69. Frente a los efectos destructivos de la modernidad, que conllevaba la anarquía y el embrutecimiento cultural, Arnold quería instaurar una serie de valores culturales compartidos. Estos valores llevarían a una vuelta a la ‘verdadera cultura’, planteada como ‘lo mejor que se ha dicho y pensado’. Por tanto, la ‘verdadera cultura’ descansaría en una recuperación de la alta tradición literaria.”
Resulta significativa su definición de cultura “lo mejor que se ha dicho y sabido” (Citado en Kuper, 2001, p. “7). Al igual que en el continente, en la Inglaterra del siglo XVIII, existe la contraposición entre una cultura sofisticada, la del “gentry”, de la pequeña nobleza rural y urbana, y una cultura popular, al mismo tiempo que comenzaba a desarrollarse la cultura industrial fruto de la revolución económica que había tenido lugar en el país.
Es contra esta última contra la que se produce la contestación de los intelectuales, e igualmente es con ésta con la que se gestiona la diferencia cultos-bárbaros, pues la cultura popular, pese a ser una cultura de resistencia, esta basada igualmente en la tradición y, además, se daba una curiosa circunstancia: los cultos, los ilustrados, leían en público a los iletrados (pertenecientes a la cultura popular inglesa), obras cumbres de la literatura.
Y dado, que en la teoría ilustrada la cultura o bien equivale o bien se transmite mediante la educación, y su mejor resultado es “lo mejor que se ha dicho y sabido”, será en estos ámbitos donde un intelectual debe mejorar, debe refinarse. Nuevamente el concepto de acción que nos menciona Bauman (2001), la creación de muros frente a la barbarie, las instituciones creadoras de orden y la dicotomía cultos, incultos. En este contexto, se introduce, otro elemento fundamental, si la cultura configura el devenir de una nación, la cultura debe convertirse en un escenario fundamental para la acción política, que ha de intervenir, dirigiendo, orientando y matizando las distintas intervenciones con un objetivo claro: el mantenimiento del orden social y la transmisión de “lo mejor que se ha dicho y sabido”.

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