10/08/2012

CUESTIONES DE INVESTIGACIÓN


Las cuestiones representan para Miles y Huberman (1994; Pág. 23) “The questions represent the facets of an empirical domain that the researcher most wants to explore”, es decir, definen en profundidad los problemas específicos a los que se aplican.
Se trata de enunciados con referencia a relaciones que queremos comprobar y conceptos generados o verificados. Teóricamente deben configurarse como un resumen de lo que el investigador quiere hacer o, en virtud del carácter emergente de la investigación, de lo que ha logrado hacer. Efectivamente, las cuestiones de investigación están expuestas a modificaciones, reorientaciones y una nueva formulación a lo largo del trabajo de investigación (Goetz, J.P. y LeCompte M.D; 1988). Al mismo tiempo, tenemos que ser conscientes de que están influidas implícita o explícitamente por la formación, la orientación y las experiencias personales del investigador que modelan su interés y su pensamiento. En definitiva se trata de la implicación subjetiva del investigador en su trabajo que se ha convertido en uno de los focos de la investigación etnográfica. Los trabajos de Alan Peshkin (1993) en relación con las experiencias personales del investigador y los de Apple y Weis (1983) u Olivera Lahore (2008) respecto a su formación confirman nuestro planteamiento. Como nos dice Flick (2007; Pág. 63):
“Las preguntas de investigación no provienen del aire. En muchos casos su origen está en la biografía personal del investigador y su contexto social. La decisión sobre una pregunta específica depende sobre todo de los intereses prácticos del investigador y su implicación en ciertos contextos sociales e históricos. Tanto los contextos cotidianos como científicos tienen un papel aquí.”
Existe abundante bibliografía sobre el concepto y la taxonomía de las cuestiones de investigación. Definidas como aquellas preguntas que “delimitan la información específica necesaria para alcanzar el correspondiente objetivo” por Trespalacios Gutiérrez, Vázquez Casielles y Bello Acebrón (Métodos de recogida y análisis de la información para la toma de decisiones en Marketing; 2005, Madrid, Paraninfo, Pág. 39), o como “los enunciados perfeccionados de los componentes específicos del problema” por Malhotra (2004, Pág. 48), sirven, fundamentalmente, al propósito de clarificar los datos que obtendremos del trabajo de campo  (Flick, 2007). En la medida en que las cuestiones de investigación sean claras y precisas, menor será la probabilidad de encontrarnos ante datos difícilmente categorizables y desconectados de nuestro propósito. Pese a que “principio de apertura” reclamado por Hoffman-Rien (citado en Flick, 2007) cuestiona, dado el carácter emergente de la investigación, la formulación de antemano de las hipótesis, no supone el abandono de la formulación de las cuestiones de investigación.
Debemos tener una idea clara de las cuestiones y, al mismo tiempo, estar atentos a la posibilidad de resultados totalmente distintos a los imaginados.
Igualmente, la formulación de las cuestiones de investigación, y la definición del marco teórico-conceptual en el que vamos a desarrollar nuestro trabajo, condicionarán la decisión sobre la metodología que habremos de utilizar en la investigación y a la vez, reducen la variedad y permiten la reestructuración del campo de estudio.

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