Coincido con Castro
Nogueira et alii (2005) en que toda investigación tiene su origen en los
intereses y compromisos teóricos del investigador, no son los hechos los que
inducen la investigación:
“[…] es la mirada teórica e interesada del
investigador la que constituye y convierte ciertas realidades en hechos y, mas
tarde, en datos de una investigación.” (pág. 473)
Desde esta posición es
evidente que aclarar los marcos teóricos sobre los que descansa la
investigación resulta esencial. Al mismo tiempo, haber efectuado un recorrido
temporal sobre los objetos de la misma nos ha permitido ajustar y
redefinir nuestros compromisos. Ese recorrido permite al investigador
establecer conexiones entre los fundamentos teóricos y el propósito de la
investigación. Ahora bien, ese camino no es fácil y asumir, pese a la evidente
incomunicabilidad de paradigmas, una postura ecléctica genera tensión. Mi
posición personal es compleja, alejada del exclusivismo que plantea que sólo un
modelo es pertinente y en la cercanía de que en una investigación pueden
mezclarse diversos modelos teóricos sin miedo. Castro Nogueira et alii (2005,
pág. 474) plantean en cambio una posición intermedia: “[…]; a nuestro juicio, sólo hay un modelo teórico pertinente para cada
investigación, pero hay muy diferentes tipos y propósitos de investigación.”.
Debemos ser coherentes y
establecer un marco teórico que agrupe un conjunto de enfoques o tradiciones
teóricas que gravitan sobre la realidad social y, al mismo tiempo, sobre el
componente simbólico del mundo humano, en todas sus manifestaciones. Estos
enfoques parten de un elemento común la realidad social, como dicen Castro
Nogueira et alii (2005; pág. 476):
“la idiosincrasia y la conducta de los individuos son
inseparables de sus inserciones sociales, de modo que el camino para conocer la
interioridad y la subjetividad individual pasa por el conocimiento de la
exterioridad social en la que se desenvuelve el individuo”
Por tanto, nuestro marco
o, quizás más bien, nuestro modelo resaltará una serie de conceptos que se
ajustan al protagonismo de lo social frente a lo individual, de ahí que
hablemos de sensibilidad social, discurso ideológico, estilo de vida, imaginario
social o habitus.
Al mismo tiempo,
procuraremos incluir un enfoque semiótico o, más bien, sociosemiótico. Durante
las últimas décadas del siglo XX y hasta el momento actual se va produciendo
una toma de conciencia de la distancia existente entre conocimiento y realidad,
destacando la naturaleza representativa del conocimiento y la función mediadora
de los símbolos en su adquisición y conservación.
1 comentario:
Comparto contigo la idea de la importancia de un buen marco teórico en una investigación. Este debe ser el preámbulo y el inicio de la misma. con frecuencia se descubren ciertas esquizofrenias en algunos estudios en los que se han diseñado los instrumentos de la investigación sin haber delitimitado el marco conceptual.
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