
La especialización, una composición heterogénea y multiclasista y la "life politics", configuran sus señas de identidad. Al mismo tiempo, su estructura deja de ser jerárquica y se hace horizontal, dotando de gran protagonismo a las relaciones de red.
Pero los partidos políticos siguen ocupando el espacio y manteniendo un proyecto que abarca todos los espacios de la vida, generando una cultura propia que construye identidad y se recicla a medida que cambian las circunstancias, refuncionalizando esa cultura como recurso y acercándose a la actitud de los nuevos movimientos sociales sin compartir sus características y su visión de la "acción como mensaje", sino desgajando el mensaje de la acción, que puede ser contradictoria y contribuye a la permanente crisis de lo político.
Hoy es más necesario que nunca repolitizar los espacios públicos, pero desde la acción ciudadana y la participación, desde la estrcuturas flexibles de la sociedad, intentar como decía Foucault "coger al poder en sus extremidades, allí donde se vuelve capilar" para evitar objetivizarlo en instituciones cuasi-personalizadas.
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