Definida
la interculturalidad como una metodología de actuación se enfrenta, en la gran
mayoría de los casos, a problemas en su gestión eficaz. La comunicación
intercultural significa continuos estados de incomprensión y múltiples
malentendidos, entendiendo por malentendido aquella “categoría moral que acontece como factor que distorsiona la
comunicación y que debe ser superada para garantizarla” (Hinnenkamp, 2000;
Pág. 212) (Hinnenkamp, Volker. Constructing misunderstanding as a cultural event. En
A. Di Luzio y S. Günthner y F. Orletti (Eds) Culture in comunication. Analices of intercultural situations.
Philadelphia: John Benjamins Publishing Co.)
El uso
de múltiples términos para referirse a este fenómeno, junto a la falta de
reflexión, en opinión de Hinnenkamp (2000), en torno al mismo, dificulta su
conceptualización.
Siguiendo
a Morgan (1998) podemos agrupar los obstáculos a la
interculturalidad en dos bloques: los que tienen a la persona en su origen y
los que hacen referencia al contexto.
Obstáculos personales:
En
general, los obstáculos personales hacen referencia al desconocimiento, la
desmotivación o la falta de habilidades en el contacto intercultural,
configurándose el modo de percepción de la información como una de las barreras
más significativas (Lustig y Koester citados por Penalba y Ramos; 2008).
Podemos
definir la percepción como el proceso por el que los individuos seleccionan,
organizan y evalúan los estímulos que provienen de su entorno, pero esta
selección es filtrada por lo que la percepción se convierte en inexacta,
generada en un proceso cultural que se mantiene en el tiempo (Adler, 1997) (Adler
Paul.S. The trasitional experience: an alternative view of cultural shock.
Journal of Humanistic Psychology 15(4) 13-23). La cultura en cuanto recurso
hermenéutico para relacionarnos puede resultar de gran ayuda en la superación
de los problemas que pueda generar la percepción.
Muy a
menudo, las diferencias de percepción y comprensión pueden generar
malentendidos en el proceso intercultural. Una de ellas puede ser el intento
por evitar el contacto con aquellas personas que percibimos como “el otro”, por
sus diferencias, acercándonos a quienes nos suponen una mayor semejanza física,
intelectual e incluso emotiva. Por estos motivos y, en opinión de Stortti (1990
C. The arto f crossing cultures. Yarmouth: Intercultural Press) que
curiosamente aplica, creo que sin ser consciente de ello, principios de
Memética, asumimos que los demás van a mantener una conducta similar a la
nuestra porque nuestro aprendizaje imitativo nos trasladó unas normas
culturales de actuación que pensamos comunes a los demás. El profundo
etnocentrismo que ocasionó la construcción por la Ilustración del concepto de
civilización y cultura, asocia el reconocimiento de las diferencias con
características negativas. Recordemos el concepto de bárbaro que ya acuñaron
los griegos y que la Ilustración recogió en sus conceptos de evolución social intentando
incluso la justificación científica del racismo. Evidentemente la generación de
juicios de valor y las comparaciones entre actitudes pueden ocasionar
prejuicios, xenofobia o sexismo.